El unquero Mañanita en la Paloma, Los juncales me conversan Voy silbando en la bajante, Y a lo lejos la ciuda.
Che pampa marrón del Plata Sos despensa de mi rancho Bogas, pacuses y patos Y un carpincho corredor.
Yo soy del río, soy del sol, Soy de los ceibos, pescador, Hecho de barro en mi canoa, Rumbo a la playa soy canción. Abrazo el unco y con la hoz, Golpe seco al agua y los sueños, Con los biguases cargo los mazos, Mis pies descalzos y el calor.
Así vuelve mi canoa, Quince mazos bien atados, El villita pistoniando Y una tarde que se va.
Mañanita hacia la cancha, Antes que muerda el enero, A dormirlo al unco verde Pa venderlo ande esté seco.
Yo soy del río, soy del sol, Soy de los ceibos, pescador, Hecho de barro en mi canoa, Rumbo a la playa soy canción. Abrazo el unco y con la hoz, Golpe seco al agua y los sueños, Con los biguases cargo los mazos, Mis pies descalzos y el calor.
En la zona del Delta de la provincia de Buenos Aires, la mayoría de sus habitantes vive de la recolección del junco. Esta tarea se desarrolla pura y exclusivamente en el verano dado que el junco es una planta acuática, por lo que para su corte, hay que introducirse en el rió. Una vez seco, este material se teje para producir cortinas, muebles, adornos, etc.
A mediados de 1971 Néstor Sarthou probaba su famosa lancha Melange III con la que batió el récord de velocidad en Río Santiago y solo por la divina providencia puede contar la anécdota ya que antes de aquella hazaña, estuvo cerca de tener un accidente fatal. Más allá del propio Sarthou, hubo un testigo privilegiado de aquella escena. Fue José Luis Fernández, quien nos cuenta qué pasó: --De Néstor Sarthou hay una anécdota tremenda. El no sabe que yo lo ví, pero lo ví. Él quería batir el récord del km Lanzado con la Melange , en categoría ON. Le había hecho a su lancha una carlinga, para cerrarla, tener mejor ángulo de base y mayor aerodinámica. Venía probando en el Canal del Este y de repente la lancha vuela, hace un giro completo y entró al agua parada... pensé que se mataba... pero zafó. El después me contó que cuando se iba dando vuelta trató de expulsar la cabina, pero fue tan rápida la vuelta que cayó al agua antes de salir expulsado. Fue lo más impresionante de mi vida más allá de las que viví yo en carne propia...
foto de unos hacheros que atraviesan el monte isleño rumbeando hacia su trabajo. El alma anónima. Los que llegan desde diferentes puntos del rio Paraná y se integran al ambiente armados con sus hachas y con sus motosierras.
Nacidos en el río, como se definen los de la Comisión del Museo presidida por Jorge Regnicoli, estos hombres buscan revalorar y conservar la tradición de unos de los deportes nacionales que ha recorrido el mundo, trayendo a nuestro país campeones mundiales como Eugenio Etchegoin, Fernando Bartot, o la dupla compuesta por el actuar Gobernador Bonaerense Daniel Scioli y Fabio Buzzi, quienes se adjudicaron el primer puesto de Off Shore desde el 94 hasta el 97 en las competiciones en Key West, Estados Unidos.
“Somos un grupo de amigos que pone plata”, dice Juan Baader, “y muchas ganas”, grita desde la carpa Juan Carlos Zamora, Secretario de la Comisión. Muchas veces, el contacto del río los ha llevado a encontrarse con reliquias de gran valor, tanto material como sentimental e histórico. Es por esto, que además de las donaciones, cuando encuentran material de interés para el museo, se juntan y entre todos compran el preciado tesoro. “Hace un tiempo compramos una de las primeras lanchas plásticas de Sudamérica, de la década del 50. Un señor la tenía tirada en un terreno”. Ellos la compran, la restauran y pasa a formar parte del museo
Faltaba exactamente un mes para que el mundo se consternara con una de las catastrofes maritimas de todos los tiempos: el hundimiento del Titanic, cuando lord y lady Lonsdale desembarcaban en el puerto de Buenos Aires, siendo recibidos por sus anfitriones: el baron De Marchi y Jorge Newbery.
Hugh Cecil Lowther, 5º conde de Lonsdale, era alto y corpulento, muy elegante y siempre tenia un cigarro a mano; mientras su esposa, Grace Cecile Lowther (née Gordon), condesa de Lonsdale, no dejo descansar a su camara fotográfica.
Juntos, recorrieron la ciudad y el Tigre, siendo protagonistas de multiples agasajos.
El conde era un famoso "bon vivant" y deportista y su rostro algo simiesco, escondia, al parecer, una simpatica personalidad, puesta de manifiesto cuando, durante un viaje en tranvia descendio del mismo en plena avenida Santa Fe cuando un carromato cargado de maderas acarreado por caballos se detuvo en las vias, ayudando a empujarlo.
El conde tenia por entonces 55 años y su esposa, 58. El moriria en 1944, a los 87 años, y ella a la misma edad, pero en 1941.
8 de mayo de 2009.- Vagamente recuerdo una entrevista donde Silvina Ocampo, creo, preguntaba a Borges si conocía las islas de Tigre. Éste, concentrándose, se peinó la harina de las sienes, y tras una pausa suficiente para recorrer los cenagosos ríos y hasta el último manglar del delta del Paraná, suspiró: "¡Qué gran lugar para leer 'El Corazón de las Tinieblas'!"
DEL CANCIONERO ISLEÑO DE DON ÁNGELES TARRAGÓ. POETA, PESCADOR GUITARRERO
ResponderEliminarConmovedora pintura de la dura vida diaria del junquero escrita por el curioso poeta y cantor islero.
El unquero
ResponderEliminarMañanita en la Paloma,
Los juncales me conversan
Voy silbando en la bajante,
Y a lo lejos la ciuda.
Che pampa marrón del Plata
Sos despensa de mi rancho
Bogas, pacuses y patos
Y un carpincho corredor.
Yo soy del río, soy del sol,
Soy de los ceibos, pescador,
Hecho de barro en mi canoa,
Rumbo a la playa soy canción.
Abrazo el unco y con la hoz,
Golpe seco al agua y los sueños,
Con los biguases cargo los mazos,
Mis pies descalzos y el calor.
Así vuelve mi canoa,
Quince mazos bien atados,
El villita pistoniando
Y una tarde que se va.
Mañanita hacia la cancha,
Antes que muerda el enero,
A dormirlo al unco verde
Pa venderlo ande esté seco.
Yo soy del río, soy del sol,
Soy de los ceibos, pescador,
Hecho de barro en mi canoa,
Rumbo a la playa soy canción.
Abrazo el unco y con la hoz,
Golpe seco al agua y los sueños,
Con los biguases cargo los mazos,
Mis pies descalzos y el calor.
En la zona del Delta de la provincia de Buenos Aires, la mayoría de sus habitantes vive de la recolección del junco. Esta tarea se desarrolla pura y exclusivamente en el verano dado que el junco es una planta acuática, por lo que para su corte, hay que introducirse en el rió. Una vez seco, este material se teje para producir cortinas, muebles, adornos, etc.
ResponderEliminarEl looping de Sarthou
ResponderEliminarA mediados de 1971 Néstor Sarthou probaba su famosa lancha Melange III con la que batió el récord de velocidad en Río Santiago y solo por la divina providencia puede contar la anécdota ya que antes de aquella hazaña, estuvo cerca de tener un accidente fatal. Más allá del propio Sarthou, hubo un testigo privilegiado de aquella escena. Fue José Luis Fernández, quien nos cuenta qué pasó:
--De Néstor Sarthou hay una anécdota tremenda. El no sabe que yo lo ví, pero lo ví. Él quería batir el récord del km Lanzado con la Melange , en categoría ON. Le había hecho a su lancha una carlinga, para cerrarla, tener mejor ángulo de base y mayor aerodinámica. Venía probando en el Canal del Este y de repente la lancha vuela, hace un giro completo y entró al agua parada... pensé que se mataba... pero zafó. El después me contó que cuando se iba dando vuelta trató de expulsar la cabina, pero fue tan rápida la vuelta que cayó al agua antes de salir expulsado. Fue lo más impresionante de mi vida más allá de las que viví yo en carne propia...
foto de unos hacheros que atraviesan el monte isleño rumbeando hacia su trabajo. El alma anónima. Los que llegan desde diferentes puntos del rio Paraná y se integran al ambiente armados con sus hachas y con sus motosierras.
ResponderEliminarSomos Hijos del Rio
ResponderEliminarNacidos en el río, como se definen los de la Comisión del Museo presidida por Jorge Regnicoli, estos hombres buscan revalorar y conservar la tradición de unos de los deportes nacionales que ha recorrido el mundo, trayendo a nuestro país campeones mundiales como Eugenio Etchegoin, Fernando Bartot, o la dupla compuesta por el actuar Gobernador Bonaerense Daniel Scioli y Fabio Buzzi, quienes se adjudicaron el primer puesto de Off Shore desde el 94 hasta el 97 en las competiciones en Key West, Estados Unidos.
“Somos un grupo de amigos que pone plata”, dice Juan Baader, “y muchas ganas”, grita desde la carpa Juan Carlos Zamora, Secretario de la Comisión. Muchas veces, el contacto del río los ha llevado a encontrarse con reliquias de gran valor, tanto material como sentimental e histórico. Es por esto, que además de las donaciones, cuando encuentran material de interés para el museo, se juntan y entre todos compran el preciado tesoro. “Hace un tiempo compramos una de las primeras lanchas plásticas de Sudamérica, de la década del 50. Un señor la tenía tirada en un terreno”. Ellos la compran, la restauran y pasa a formar parte del museo
La Visita de Los Condes de Lonsdale
ResponderEliminarFaltaba exactamente un mes para que el mundo se consternara con una de las catastrofes maritimas de todos los tiempos: el hundimiento del Titanic, cuando lord y lady Lonsdale desembarcaban en el puerto de Buenos Aires, siendo recibidos por sus anfitriones: el baron De Marchi y Jorge Newbery.
Hugh Cecil Lowther, 5º conde de Lonsdale, era alto y corpulento, muy elegante y siempre tenia un cigarro a mano; mientras su esposa, Grace Cecile Lowther (née Gordon), condesa de Lonsdale, no dejo descansar a su camara fotográfica.
Juntos, recorrieron la ciudad y el Tigre, siendo protagonistas de multiples agasajos.
El conde era un famoso "bon vivant" y deportista y su rostro algo simiesco, escondia, al parecer, una simpatica personalidad, puesta de manifiesto cuando, durante un viaje en tranvia descendio del mismo en plena avenida Santa Fe cuando un carromato cargado de maderas acarreado por caballos se detuvo en las vias, ayudando a empujarlo.
El conde tenia por entonces 55 años y su esposa, 58. El moriria en 1944, a los 87 años, y ella a la misma edad, pero en 1941.
8 de mayo de 2009.- Vagamente recuerdo una entrevista donde Silvina Ocampo, creo, preguntaba a Borges si conocía las islas de Tigre. Éste, concentrándose, se peinó la harina de las sienes, y tras una pausa suficiente para recorrer los cenagosos ríos y hasta el último manglar del delta del Paraná, suspiró: "¡Qué gran lugar para leer 'El Corazón de las Tinieblas'!"
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